jueves, 8 de noviembre de 2012

10 Misterios sin Respuestas

1. Enigmática construccion de las Piramides de Egipto 
 
Imponentes, majestuosas. Las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos se alzan en medio del desierto de Gizah altivas. Te detienes frente a ellas, y quedas absorto; tu mente perdida en el tiempo; en épocas de conquistas; en épocas de Grandes Imperios… y sobre todo, en épocas de una civilización que ha cautivado a la Humanidad por su grandeza, por sus monumentos, por sus misterios. 

Las pirámides, ¿cómo se construyeron?, nos preguntamos. ¿Cómo es posible que en una época sin los medios actuales, se pudiera construir con tal perfección un monumento funerario capaz de albergar en su interior las catedrales de Florencia, Milán, El Vaticano, Londres y la Abadía de Westminster. La Gran Pirámide de Keops tiene 2.300.000 bloques de piedra caliza de entre dos y quince toneladas cada uno. 230 metros en cada una de sus caras y 146 metros de altura. Por otro lado, su relación matemática perfecta: el doble de la longitud de sus lados por su altura, el famoso número pi. 

Muchos misterios, muchos secretos, y sobre todo, mucho respeto. Misterios y respetos que, sin duda, se vieron aderezados por muchos desastres ocurridos en relación a momias y tumbas egipcias. Recordemos, por ejemplo, lo sucedido en el Valle de los Reyes, cuando Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón un 17 de Febrero de 1.923. De la expedición que lo acompañaba, en los 6 años posteriores, 35 personas murieron en condiciones misteriosas. incluso, el perro de Lord Carnavon murió de un infarto fulminante. Una inscripción grabada sobre tu tumba, desató el miedo: 

“La muerte golpeará a quien perturbe el sueño del Faraón” 

O qué decir del hundimiento del Titanic. Poco saben que en el Titanic, un inglés llevaba en las bodegas la momia de una pitonisa de la época de Amenofis IV. Esa momia llevaba un brazalete cuya inscripción rezaba: 

“despierta de tu postración y el rayo de tus ojos aniquilará a todos aquellos que quieran adueñarse de ti” 

Son dos sucesos entre otros muchos que se han producido a quien de un modo u otro han estado relacionados con aquel pasado egipcio, y que han servido para que la construcción de las pirámides esté envuelta de un halo misterioso que aún hoy se intenta desvelar. 

Metafísicas aparte, poco a poco se van descubriendo nuevas pistas que habilitan teorías cada vez más perfeccionadas sobre su construcción. La primera pirámide construida fue la pirámide escalonada de Zóser en el año 2.650 a.C. para el Faraón Snefru, padre de Keops. Construida como una mastaba, ha servido de base para el estudio de otras pirámides mayores. Así, el arqueólogo alemán Guenter Dreyer formuló en el año 2005 una teoría según la cual la construcción de las pirámides es una sucesión de montículos y muros que se iban superponiendo, de modo que una pirámide no es sino un desarrollo del concepto de la mastaba, a la que se le iban añadiendo muros. 

El primer gran misterio en la construcción de todas las pirámides y al que se enfrentan todas las teorías, es el de la elaboración de las grandes piedras de las que se hacían uso. hay varias teorías, pero se cree que las piedras se clasificaban según su dureza y apariencia, en caliza, arenisca, alabastro y granito. Los egipcios usaban los estratos de mayor calidad y extraían mediante galerías los materiales más resistentes a la intemperie. Los bloques se cortaban con forma cuadrada o rectangular, y para tallarlos y cortarlos se usaban mazos de madera y herramientas de cobre y bronce. Hasta hace unos años, se pensaba que en las hendiduras se introducían cuñas que al mojarse, se expandían y separaban la piedra. Pero dadas las herramientas existente, ahora se afirma que se introducían cinceles y se calzaban con cuñas, de modo que la presión era doble. Para las piedras duras se golpeaban con un mazo de piedra dolerita. Otra teoría afirmaba que se encendían fuegos y así el granito, por el calor, se rompía. 

El segundo misterio al que enfrentarse es su forma triangular. Se relaciona con el concepto de espiritualidad de los egipcios. Este tipo de construcción era un vehículo para la continuación de su vida en el más allá, de modo que asemejaban a una especie de escalera por la que el espíritu del Faraón alcanzaba el cielo. Otras teorías apuntan a que su forma se asimilaba a la de las montañas, dado que en la religión egipcia, las deidades habitaban en las montañas. 

Y por último, el tercer y gran misterio: el de su construcción. Muchas son las teorías como decimos, pero la más fundamentada es la que se basa en escritos de Herodoto, quien describía con todo lujo de detalles la construcción de la Gran Pirámide de Gizeh. Según el historiador la pirámide fue construida en 20 años y con 3.000 trabajadores. La pirámide constaba de varias alturas, en las que se situaban poleas, de modo que una vez llegaba la piedra a una de esas alturas, la polea la levantaba a la siguiente y así sucesivamente. Pero dado que no había herramientas similares en esa época, pronto se desechó, aunque sirvió para elaborar aquellas otras teorías que hoy resultan más convincentes: de todos los bloques se procuraban encajar los externos, los visibles, de modo que la construcción pareciera perfecta, pero los internos se soltaban y luego se rellenaban los huecos con barro y piedra. Estos bloques se subían por rampas exteriores, y a través de una especie de patines por los que rodaban. De ellos tiraban unas poleas y se ayudaban de palancas. Al mismo tiempo que se iba ganando altura, las partes acabadas se iban recubriendo a fin de reafirmar el terreno y las pendientes. La punta de la Gran Pirámide se recubrió con un gran piramidón de oro. finalmente, esas rampas exteriores, al no estar bien ancladas, se habían perdido con el paso del tiempo. 

Esta teoría echó por tierra aquella otra por la que se postulaba que sólo existía una gran rampa que ascendía desde la base, en línea recta, hasta el vértice, cosa bastante ilógica si se tiene en cuenta que con una pendiente así, sería materialmente imposible subir las grandes piedras. 

La última y gran teoría ha sido la publicada hace escasos días, según la cual el francés Jean Pierre Houdin afirma que esas rampas existieron realmente, pero por el interior de la pirámide. 



Esta rampa interior en forma de túnel, facilitaba la construcción de la pirámide desde el interior al exterior, y por ello requería de menos herramientas, y ninguna polea. Según el francés, hubo dos retos: construir la propia pirámide, y luego la cámara funeraria. Inicialmente, para las primera alturas, se usó una rampa exterior. A partir de ahí, se construyó la rampa en espiral a lo largo de la cual iban colocándose las piedras. Las esquinas se tapaban posteriormente. Para los bloques superiores de la cámara funeraria, afirma que se usaron contrapesos que ayudaban a alzar las piedras. 

Y, por último, para los amantes de las creencias extraterrestres, por supuesto, no podía faltar la hipótesis de la intervención de seres de inteligencia superior. Von Daniken afirma que hoy día, nadie podría construir una pirámide con la perfección de la de Keops, y si eso es así, la implicación es clara, según él… sólo seres superiores pudieron aportar las técnicas y conocimientos para su construcción. Entre sus seguidores, el propio J.J. Benítez. quienes afirman que no sólo las pirámides tienen implicaciones extraterrestre, sino otros muchos monumentos, como Macchu Pichu o Chichén Itzá. 




2. El Misterio de la Atlantida
 
 
Durante siglos, la historia de un reino sumergido ha sido motivo de interés y estudios por gentes de todas las razas y épocas. La realidad se vio envuelta de un halo de misterios y leyendas tales que las teorías propuestas son incapaces de determinar qué parte de lo que se cuenta es ficción y cuál no lo es. El origen de la Atlántida, su cultura y sobre todo su localización, ha sufrido toda clase de propuestas, extravagantes algunas de ellas, que han llevado a sus gentes desde ser una sociedad avanzada tecnológicamente, incluso hasta por delante de nuestros tiempos, hasta ser una sociedad infinitamente rica, e incluso llegados de otro planeta. Sea como fuere, en algún punto de la tierra, desde las profundidades del mar, siglos de historia nos contemplan, ocultos donde nadie puede encontrarlos. 

Fue Platón, hacia el 347 a.C. el primero y único que dejó por escrito la existencia del reino de la Atlántida en sus diálogos de Timeo y Critias, cuando hizo una descripción de ella como una isla extensa y llana en cuyo centro había una colina, que a su vez estaba rodeada de tres anillos concéntricos de mar. En la cima de la colina había un templo dedicado a Poseidón y Cleito rodeado por un muro enteramente de oro. A su lado, otro templo de Poseidón estaba hecho de plata. Dos fuentes manaban constantemente agua, una fría y la otra cálida. 

En el anillo más cercano vivían los más ricos y de alto status de su sociedad, y en el siguiente anillo los plebeyos. Más allá una extensa pradera repleta de aromáticas sustancias, hasta completar una isla “más grande aún que Asia menor y Libia juntas”… 

Como vemos, una descripción demasiado idílica como para resultar creíble, más aún cuando la descripción que hacía Platón la basaba en las historias de un ateniense, Solón, que decía haberlo escuchado de un sacerdote al que a su vez se lo había contado otro… 


Similares propuestas se hicieron para su desaparición, ya que según aquellos escritos, su sociedad se perdió en su propia decadencia y corrupción. Sus gobernantes quisieron expandirse y comenzaron una época de invasiones a las tierras cercanas, e incluso se contó que llegaron a dominar todo el norte de Africa, hasta Egipto. Tal ambición fue castigada por sus dioses con una explosión volcánica que arrojó ceniza y arrasó su civilización, para posteriormente ser destruida por un maremoto que la hundió en apenas 24 horas. 

Platón situó aquella tragedia alrededor del 9600 a.C. en un lugar que estaba “más allá de las columnas de Hércules”, muy cerca de las islas Canarias, una vez atravesado el estrecho de Gibraltar. 



Todas aquellas historia míticas tenían por fuerza que levantar las aspiraciones de muchos historiadores y estudiosos dispuestos a llevarse la gloria de ser quienes descubrieran los restos de aquella magnífica civilización. 

Ciertamente su descubrimiento sería un hito en la historia; sin duda alguna, el mayor descubrimiento que pudiera hacerse, aunque desgraciadamente también sería el final de tantos siglos de leyendas. Son tantas esas teorías lanzadas, en cuanto a su localización, que a la Altántida se la ha situado desde el estrecho de Gibraltar, hasta en las cercanías de Islandia, o en las Azores, o como se dicen en las últimas teorías, las más aceptadas, en los alrededores de las Islas Cícladas. 

3. La Desaparición del Vuelo 19 ( Triángulo de Las Bermudas ) 
 
El 5 de diciembre de 1945 una escuadrilla de cinco aviones torpederos Avenger TBM-3, pertenecientes a las Fuerzas Aéreas norteamericanas, desaparecieron sin dejar rastro durante unos vuelos de práctica a pocos minutos de haber partido de su base de Fort Lauderlade, Florida. La desaparición se produjo en la zona que popularmente se conoce como “El Triángulo de las Bermudas”. 

La flota de aviones, bajo el nombre clave de vuelo 19, estaba preparada para afrontar condiciones de clima adverso y estaban provistos de combustible suficiente para volar cerca de 1.800 kilómetros. Sin embargo, las condiciones del clima en ese día eran más que favorables (apenas unas pocas nubes en el cielo), y las desapariciones se produjeron cuando los torpederos habían volado apenas unos 120 kilómetros desde el despegue. 

Casi dos horas después de haber salido de la base militar, el piloto del avión insignia, el teniente veterano de marina Charles C. Taylor habló a la torre de control desconcertado. Habían perdido el rumbo. “No estamos seguros de nuestra posición. No podemos avistar tierra”, repetía el hombre a cargo de la escuadrilla de aviones. “Todo parece raro… hasta el océano está distinto…parece que estuviéramos sobre aguas blancas…” 


Las comunicaciones entre los pilotos y la torres de control se fueron entrecortando hasta desaparecer por completo. Algunos minutos después fue enviado un hidroavión para iniciar la búsqueda de la flotilla perdida, pero a los 27 minutos de salir de la base, el hidroavión también desapareció. 

La zona del Triángulo de las Bermudas es reconocida mundialmente por los misterios que encierra. Es un área de casi 4 millones de kilómetros cuadrados que se extiende desde Melbourne, en la punta de la península de Florida, hasta Puerto Rico y las islas Bermudas. Cientos de desapariciones de barcos y aviones a lo largo de su historia le han dado su velo de misterio que aún hoy lo hacen famoso. 

Es preciso aclarar que la zona es una de las más transitadas del mundo por aviones y por barcos, y que no todos desaparecen. De hecho, comparativamente hablando son apenas unos pocos. Pero la manera en que los aparatos que han desaparecido, lo han hecho sin dejar rastros es lo que llama la atención. Es un misterio porque no existen explicaciones lógicas a tales desapariciones. 

Ante estos hechos, las teorías hablan de superposición de dimensiones, abducciones alienígenas, burbujas de gas metano, influencia de viejas y extrañas máquinas de la civilización perdida de la Atlántida, experimentos ultrasecretos del gobierno estadounidense, etc. En cuestiones de conjeturas, las teorías son amplísimas. 

Sin embargo, hace un tiempo ya que el Triángulo de las Bermudas ha dejado de sonar con fuerza en los ámbitos del mundo paranormal o de los misterios. No ha habido desapariciones que contar. No parece que los aviones o los barcos de hoy se pierdan en sus aguas. Tal vez se cerró el portal dimensional. 

Tal vez, los extraterrestres se han aburrido de secuestrar humanos. Tal vez, a las viejas máquinas de la Atlántida se le han acabado sus baterías. Tal vez el gobierno norteamericano esté cansado de experimentos ultrasecretos en esas aguas, y ahora esté apuntando con sus conspiraciones a otras regiones del mundo, un poco más lejos de su casa. 

O puede que el Triángulo sólo se esté tomando un respiro. 

4. Los Círculos de las Cosechas 
 
Casi 30 años se cumplen ya de la aparición de los primeros círculos de las cosechas en Inglaterra, y aún tantos años después, siguen siendo un misterio que nadie es capaz de explicar. Se ha dicho que son obra humana, pero lo cierto es que en experimentos realizados por humanos, nadie ha podido igualar esos dibujos tan absolutamente simétricos y perfectos. Además, desde entonces, cada año aparecen casi 250 dibujos más repartidos ya por todo el mundo. 



Los círculos de las cosechas comenzaron en agosto de 1980 en Wiltshite, en Inglaterra. A partir de aquella fecha, se registraron formaciones similares por todo el país, ante el asombro de los ciudadanos que veían como esos enormes dibujos, que desde el aire tienen un diseño tan perfecto, aparecían en cuestión de minutos. 

Éste es uno de los mayores misterios que encierran. A veces esos diseños han aparecido en cuestión de pocos minutos, como por ejemplo el producido cerca de Stonehenge. Allí, varios testigos declararon que en esa zona no había nada a las 17,30 h. de aquel día. Apenas media hora después se descubrieron en aquel mismo lugar hasta 151 círculos concéntricos con una medida total de 279 metros. Cuando se estudiaron se dieron cuenta de que las plantas sobre las que se dibujaban esos círculos no habían sido siquiera cortadas, sino que estaban aplastadas pero sin romper el tallo. Cada planta se inclinaba a un lado y se enlazaba con la anterior. Además estas plantas estaban afectadas por anomalías químicas y electromagnéticas. 



En Inglaterra a los círculos de las cosechas los llaman “Crop circles” o “círculos de los cereales“. Sin embargo, si al principio se encontraban en estos tipos de cultivo, ahora ya se han extendido a todo tipo de campos y por todos los países del mundo. De hecho, las últimas alteraciones se han encontrado en Argentina, pero también las ha habido en Canadá, en Estados Unidos, en Rusia o en Holanda, entre otros. Además, ya no se trata sólo de círculos, sino que también han comenzado a aparecer dibujos esotéricos, como el Menorah, candelabro judío de siete brazos, símbolos religiosos o rostros humanoides. 



El escepticismo que han despertado a veces este tipo de apariciones proviene de cierta ocasión en que dos ingleses, Bower y Chorley, se autoinculparon de los diseños. Extrañamente, se hizo toda una gran campaña al parecer destinada a desviar la atención de la formación de aquellos círculos, pero lo cierto, es que años después se pudo demostrar que estos dos ingleses nada tuvieron que ver en esas apariciones. 

Son muchas las teorías que se han lanzado sobre los círculos de las cosechas, siendo las más recurrentes la de que se trata de comunicaciones emitidas por entes extraterrestres. Los naturalistas apoyan la tesis de que son mensajes que nos está emitiendo la Madre Tierra como queja al trato que le damos, mientras que los más lógicos afirman que se han formado por algún tipo de vibraciones de ultrasonidos o radiaciones emitidas por quizás algún tipo de experimento secreto. 

La teoría más firme y conocida es la de Forgione que le da un punto de vista mucho más místico al decir que es la “irrupción inesperada de lo divino en nuestra realidad” y que nos encontramos ante un nuevo ciclo cósmico. 



Círculos en Milk Hill 

La formación más compleja y grande es la aparecida en el año 2001 en Milk Hill, pero son muchas las formaciones a las que se han encontrado semejanza con elementos mágicos o históricos, como el famoso sello mágico de Giordano Bruno. 

5. El Hombre en la Luna ( ¿gran fraude? ) 
 
Era el 20 de julio de 1969. Aquel día, a las 22 horas y 56 minutos y 20 segundos, la nave espacial Eagle acababa de aterrizar en el Mar de la Tranquilidad, en la Luna. La llegada del hombre a la Luna se convirtió en un hito histórico en el avance científico del Mundo, tan importante que supuso toda una carrera espacial que mantuvo enfrentados a las dos grandes potencias mundiales de aquellos años: Estados Unidos y la Unión Soviética. 

Y es precisamente esta carrera espacial el principal motivo que esgrimen los incrédulos para decir que aquel alunizaje, y todas las misiones espaciales Apolo fueron un completo fraude, el mayor del siglo XX. En aquel enfretamiento norteamericano-soviético, el primero en llegar a la Luna conseguiría un logro sin precedentes; supondría un severo golpe para el derrotado, quien perdería todo el sentido de las inversiones realizadas hasta ese momento en las misiones espaciales, y, desgraciadamente para la Nasa, los soviéticos les habían cogido la delantera. Además, el programa espacial Apolo había sufrido un severo varapalo dos años antes con el desastre del Apolo I. 

Pero tal consistencia han tomado los rumores y las teorías de conspiración de los que piensan que no se llegó a pisar la Luna y que ésta permanece virgen, que la Nasa decidió gastar 15.000 dólares en demostrar que todo cuanto ocurrió en aquellos años fue verdadero. Y es que desde eminentes científicos, a profesores de Astronomía, escritores y fotógrafos se han lanzado a rebatir cuantas pruebas y fotos hay de aquella hazaña, e incluso la Fox emitió un programa de televisión en el que se cuestionaba cada una de las fotografías que mandaron desde el Apolo. 

6. El peso del alma ( 21 gramos ) 
 
Es una pregunta que aún a día de hoy no se ha obtenido una explicación o razonamiento muy claro. 
Está comprobado científicamente que el cuerpo antes de morir pesa una cantidad y después de la muerte ha perdido 21 gr. 

¿Pero se sabe a que corresponden esos 21 gramos que perdemos después de exhalar nuestro último aliento? 

Según las investigaciones del Doctor Douglas MacDougall y su “teoría del peso del alma” que se remonta a 1927, toda persona pierde 21 gramos en el último minuto de su muerte, lo que según él, equivaldría al alma o espíritu que se ha desligado del cuerpo carnal de la persona. Su teoría fue basada en experimentos con personas moribundas que fueron pesadas minutos antes de morir y en todas habían perdido la misma cantidad, 21 grs. 


El Doctor Douglas utilizaba para tal proceso una cama especial muy sensible a las variaciones de peso. Por cierto, dicho artefacto fue construido por él mismo. Este doctor colocó en ella a seis enfermos terminales, y sobre ella los iba observando y pesando durante los últimos momentos de su vida (antes, durante y después). Y el resultado obtenido fue el mismo en todos los casos, todos perdían 21 gramos justo antes de morir. 



Incluso experimento con perros pero no obtuvo el mismo resultado de los 21 gramos. Según la teoría de varios filósofos griegos, solo los humanos poseemos alma, por la capacidad de soñar. Algo, por otra parte, también discutible. 

Hay otros científicos que aseguran que esos 21 gramos se deben a que la persona, una vez que ha fallecido, ha exhalado todo el aire que tenia dentro (otros dicen que es a causa de la relajación de los esfínteres). Pero está totalmente descartada ésta teoría, ya que los gases no pesan tanto. 

Y sí esto fuese cierto, ¿A dónde irá nuestra alma? ¿Existirá realmente la reencarnación?… Son tantas preguntas y tan pocas respuestas. Al final siempre nos quedaremos con esa gran duda… ¿Tenemos alma? 

7. La Búsqueda del Santo Grial 
 
La búsqueda del Santo Grial es uno de esos mitos que perduran siglo tras siglo; una creencia entre mística y popular que se originó allá por el siglo XII y que no se ha abandonado hasta el día de hoy. Y como suele ocurrir en historias de este tipo, su leyenda se ha ido engrandeciendo con el tiempo y haciendo que cada vez se presente más difusa esa extraña barrera entre la ficción y la realidad. 

¿Qué es realmente el Santo Grial?… La creencia popular siempre pensó que era el cáliz de Cristo, aquel que utilizó en la Última Cena, la copa con la que posteriormente José de Arimatea recogió la sangre del Hijo de Dios mientras estaba crucificado, y quizás por ello, se le atribuyen poderes misteriosos. 

Con el paso de los siglos, aquella búsqueda de ese Sagrado Cáliz a la que se ha asociado a los Caballeros Templarios, e incluso hasta al Tercer Reich alemán, se ha convertido en algo más que la propia física de una copa de madera. De ese Santo Grial se ha teorizado conque podría tratarse incluso de la matriz de María Magdalena a la que determinados escritos (supuestamente escondidos por la Iglesia) asocian con la esposa de Jesús, con el que probablemente tuvo descedencia. 

Y es a partir de esa teoría cuando se comienza a relacionar a la búsqueda del Santo Grial con la búsqueda de la descendencia de Cristo. 


Un primer documento, del año 1010, menciona por primera vez en latín medieval, la palbra “gradales”, de la que derivó posteriormente “graal” (en francés), “grail” (en inglés) y “grial”, en España. Precisamente en nuestro país, por Grial se designaba en épocas medievales a ciertos recipientes en forma de copa de uso doméstico. 



Una forma más, ésta, de relacionarlo con la búsqueda del Cáliz. Pero los que defienden la teoría de la descendencia, hacen hincapié que la derivación de aquel “gradal” inicial a “graal”, no fue correcta. No fue el “San Graal” lo que se trasladó, sino el “Sang Raal”, es decia, la Sangre Real. Puede que, según esta teoría, lo que se trasladara de Asia a Europa no fuera entonces una copa de madera, el Grial o cáliz de Cristo, sino la Sangre Real, el linaje y descendencia de Cristo. 

Obviamente, un descubrimiento así podría suponer un auténtico terremoto para las creencias religiosas cristinas, y podría suponer daños irreparables para la Iglesia Católica. Quizás por ello se han asociado distintas facciones misteriosas que luchaban a lo largo de los siglos por defender ese sagrado cáliz y mantenerlo oculto y otros por lo contrario, sacar la Historia a la luz. Nombres como el del Priorato de Sion, o el de los Illuminati se han asociado con su búsqueda. 

Sin embargo, hubo un hecho que reforzó la leyenda. Fue en un perdido pueblo francés, allá por el siglo XIX, de nombre Rennes-Le-Chateau. Desde el siglo XII diversos escritos comenzaron ya a hablar de la leyenda, relacionándola con el Rey Arturo y sus caballeros. Eran los años en que los Templarios dejaron atrás Jerusalén. Un siglo después, un poeta alemán, Wolfram von Eschenbach, dejó escrito que los templarios custodiaban y ocultaban aquel objeto sagrado. Investigaciones realizadas en pleno siglo XX sacaron a la luz teorías (que no pruebas) de que durante siglos hubo una conspiración eclesiástica apoyada por los reyes de Francia de aquella época para mantener oculto un terrible secreto. Aquellas teorías que se plasmaron en un polémico libro, El Enigma Sagrado (1982), y que concluía afirmando que la búsqueda del Santo Grial era la búsqueda de todo el linaje de David con el que se entroncaba el de Jesucristo, fueron las que sirvieron de base para el libro de Dan Brown, El Código da Vinci, el que finalmente le ha dado la fama necesaria a un caso que se mantuvo durante siglos, sino oculto, sí en las sombras. 



Aquellas mismas investigaciones observaron que alrededor de Rennes-le-Chateau se había construido una triada de enclaves templarios, formando así una red de protección alrededor del pueblo. Eran los castillos de Champagne-sur-Aude, el de Blanche-fort y el de Saint Just et le Bézu. Y entonces fue cuando se recordó cierto hecho ocurrido en aquel pueblo perdido de Francia. 


8. El enigma de la señal WOW
 
La señal Wow! es el nombre, en círculos astronómicos, que se le dio a una emisión de radio que se sospecha podría tener un origen extraterrestre. Fue recibida el 15 de agosto de 1977, a las 23: 16 horas, por el radiotelescopio Big Ear. 

Por aquél entonces un procesador IBM 1130 captaba las señales obtenidas por el telescopio y las convertía en caracteres alfanuméricos que correspondían a la intensidad de cada emisión. Naturalmente, cuando estaban escaneando, los radiotelescopios “escuchaban” interferencias (ruido), generalmente ecos de la explosión del Big Bang. 

Y he aquí los sorprendente del caso, la emisión captada duró 72 segundos, tuvo una intensidad 30 veces mayor que el ruido circundante y se estipula venía de la zona oeste de la constelación de Sagitario. Lamentablemente no fue grabada pero sí registrada por el ordenador del observatorio en una sección de papel continuo. 


El acontecimiento pasó desapercibido hasta que unos días más tarde el profesor Jerry R. Ehman de la Universidad de Ohio, que por aquél entonces trabajaba como voluntario en el proyecto SETI, descubrió la extraña señal. A causa de sorpresa y conmoción que le generó el hecho, el científico escribió en el papel continuo la exclamación WOW!, palabra con la que luego fue bautizada la emisión. 

La secuencia extraterrestre registrada fue 6EQUJ5, sorprendentemente 30 veces más intensa que el ruido de fondo y de la cual actualmente todavía se está investigando el origen. 



El telescopio Big Ear se mantenía fijo y hacía uso de la rotación terrestre para escudriñar el espacio, por ello es que sólo podía observar un punto determinado del cielo por tan sólo 72 segundos. Esta es la razón que fundamenta el origen extraterreno de la señal, ya que la misma duró exactamente 72 segundos, mostró un pico durante los primeros 36 y luego descendió gradualmente. 

De igual modo existen otras hipótesis sobre el origen de la señal WOW! que vale la pena mencionar: 

Algunos creen que un satélite artificial atravesó el espectro de escaneo del telescopio y por ello este captó sus emisiones, pero lo peculiar es que las transmisiones de la tierra no pueden hacer uso de la banda de 1,4GHz (franja donde fue emitida la señal) además la emisión generada sería mucho más breve a causa de la velocidad en la que se desplazan estos aparatos. 

Otros consideran que el radiotelescopio pudo haber fallado durante un corto tiempo pero esta teoría fue refutada ya que no se volvió a repetir suceso semejante ni el aparato presentó problema alguno. 

Están los que estipulan que el origen de la emisión fue un acontecimiento espacial terriblemente potente, pero también fue descartado ya que la explosión de un cuerpo celeste se emite en todas las frecuencias. 

Como verán la única explicación posible que resta es la de que una civilización extraterrestre con un potente transmisor puedo ser la responsable de la señal WOW!. Pero… ¿ustedes que creen? 

9. La Sábana Santa de Turin 
 
La Sábana Santa, como el Arca de la Alianza, o el Santo Grial, son objetos largamente estudiados y debatidos a lo largo de los tiempos. Su procedencia, su Historia, sus verdades y mentiras, han generado polémicas e intensos debates que se multiplican con cada nuevo dato que se obtiene de ellos. Pero mientras que en el caso de los dos últimos se habla de ellos sin saber exactamente cuánto hay de leyenda y cuánto de realidad en ellos, puesto que ni tan siquiera se conoce dónde se encuentran, en el caso de la Sábana Sánta, ésta existe y se encuentra perfectamente localizada en Turín. 



La Sábana Santa es un lienzo de lino de unos 4 metros de longitud, con la silueta de un cuerpo impresa en ella, y que según la tradición cristiana, José de Arimatea usó como mortaja de Jesús. En este lienzo aparece una especie de negativo fotográfico de una persona de 1,82 metros que presenta múltiples heridas similares a las que según cuenta la Historia sufrió Jesucristo en su Pasión. Además, un análisis exhaustivo de la misma ha encontrado restos de pólen de plantas que existían en Palestina y que hoy día están extinguidas, las cuales se han podido constatar por restos encontrados en otros fósiles que presentaban el mismo pólen. La apasionante historia de la figura de Jesús, y el misterio creado en torno a él a lo largo de los siglos (sin querer entrar en las creencias cristianas acerca de su importancia), ha generado un estudio sin precedentes en la historia de la investigación científica que ha llevado a un estudio tan profundo de la Sábana Santa, que hasta se han analizado las manchas de sangre una a una. 

Aquí intentaremos mencionar los hallazgos más importantes y la validez de los mismos, sin entrar en valoraciones éticas sobre los mismos: 

- En primer lugar está la famosa prueba del Carbono-14 que ha llegado a datar la Sábana entre los siglos XIII y XIV, pero los mismos científicos están de acuerdo en que estas pruebas tienen un 5% de probabilidades de error, y que en el caso que estudiamos, esas probabilidades aumentan puesto que la Sábana Santa ha ido acumulando restos de polen, polvo, etc. a lo largo de los siglos, mayor en el caso de un lienzo de tal tamaño. Por otro lado, también admiten que en el incendio provocado hace años, hubo de mojarse la Sábana y que aquel agua que empañó el lienzo podría haber afectado al estudio del C-14 que fue hecho con posterioridad. 

- Por otro lado el negativo impresionado en el lienzo parece ser producto de una radiación que produjo una imagen tridimensional que sólo se observa con aparatos especiales. La radiación ocasionó quemaduras que determinaban incluso la distancia existente entre el cuerpo y la sábana. Los que apoyan la tesis de que se trató del cuerpo de Cristo aducen en este sentido que el mismo Pedro dijo que cuando fue al sepulcro allí estaba la Sábana pero sin el cuerpo en su interior como si hubiera desaparecido instantáneamente. 

- Las marcas contenidas en la Sábana Santa son las que tendría un crucificado. Por ejemplo, las marcas de una corona de espinas. 



- En cuanto a si se corresponde con la imagen de Jesucristo, habría que mencionar las coincidencias entre el hombre del lienzo y Jesús. 

- No era demasiado habitual que se golpeara tan brutalmente a los que luego se crucificaban. En este caso de estudio, el hombre del lienzo recibió más de 1.000 heridas producto de muchos latigazos, como cuentan que hicieron con Jesús. 
- Se ha demostrado que a la persona de la Sábana también le dieron una lanzada en el costado después de muerto. 
- El hombre de la Sábana no llegó a descomponerse en ningún momento, lo que coincidiría con la historia de Jesús. 
- Casi todos los crucificados se enterraban en fosas comunes, pero en este caso, el hombre del lienzo, que también se ha demostrado, como queda dicho, que fue crucificado, fue amortajado con especias aromáticas, tal y como cuenta la Biblia respecto de Jesús. 
- También era costumbre que a los crucificados se les partiera las piernas. En nuestro caso, ni se le hizo a Jesús ni tampoco al hombre de la Sábana Santa. 
Se podrían comentar muchos más factores coincidentes con una y otra figura, y determinar si ambos son la misma persona o no. No hay ninguna prueba fehaciente de que realmente sea Jesús quien estuviera en la Sábana de Turín, sino simples hechos coincidentes que según las creencias de uno u otro podrían inclinarnos hacia la veracidad de santidad del lienzo. Pero lo que resulta innegable es la importancia científica de este objeto, pues independientemente de que sea o no, su estudio ya ha levantado un misterio que tiene unas implicaciones dogmáticas trascendentales para los cristianos creyentes de la Resurrección. 

10. Los Restos del Arca de Noé 
 
La Biblia, en el libro del Génesis (capítulos 6 al 9) nos narra la extraordinaria historia del diluvio universal y el arca que fue construida para salvar la raza humana y preservar la creación. Pero, ¿tenemos vestigios de que realmente el arca existió?

Cuando Dios observó la violencia, la maldad y, en definitiva, los pecados del género humano, decidió borrarlo de la faz de la tierra, acabar con todo. Y lo haría provocando un gran diluvio cuyas aguas arrasarían la superficie del planeta. No obstante, reconoció a un hombre bueno, a un hombre justo: Noé. Él sería el elegido para preservar la dinastía del hombre.

El creador avisó a Noé de lo que iba a ocurrir, y le dio instrucciones detalladas de qué debía hacer para salvarse él, su esposa y también a sus hijos Sem, Cam y Jafet (así como sus respectivas mujeres). Su misión era construir un arca en la que, además de su familia, introduciría siete parejas de cada uno de los animales puros y una pareja de los impuros. Con suficiente alimento para todos. 


Las indicaciones fueron precisas: Un barco con forma de casa y un tejado a dos aguas. Multitud de estancias. 300 codos de eslora, 50 codos de manga y 30 codos de puntal. Las medidas, aunque de todo punto insuficientes para la diversidad animal del planeta, sí son adecuadas para la navegabilidad y los rigores de las aguas bravas. Según las escrituras, llovió durante 40 días y 40 noches. Después, las aguas fueron descendiendo en su nivel, y el arca fue a asentarse sobre el monte Ararat. 

El monte Ararat se halla en la actual Turquía, y tiene 5.165 metros. En 1959 un piloto aéreo turco tomó unas fotografías del monte, en las que parecía vislumbrarse los restos de un barco, algo que corroboraron expertos como el experto estadounidense en fotogrametría Brandenburger, posteriormente. Sus dimensiones coincidían, además, con las medidas del arca descritas en la Biblia. 

También el explorador francés Ferdinand Navarra visitó el monte en varias ocasiones, en los años 50, llegando a encontrar un gran madero tallado, que debió pertenecer a una enorme estructura más compleja. Llevó los restos a Francia para ser estudiados. 

Estas son algunas de las exploraciones que hicieron soñar al hombre moderno con la demostración fehaciente de las palabras del Génesis. Se han sucedido, a lo largo de los años, diversas expediciones, la mayoría de ellas fracasadas. En otras, no se obtuvieron resultados concluyentes. 

No podemos todavía afirmar ni negar la realidad del arca. Es cierto que existe una anomalía en el monte Ararat, que todavía no ha podido ser demostrada, confirmada, ni desmentida. No obstante, si el descubrimiento de una milenaria arca de madera en dicho monte se produjese, lo que conseguiríamos no sería una respuesta a una pregunta sino, probablemente, cientos de preguntas sin respuesta. 

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